El Bruno habla demasiado. No se calla! Interrumpe los invitados con comentarios innecesarios. Habla como si tuviera una papa en la boca. Sus chistes son de plomo y solo el se ríe. Escucho el podcast porque los invitados fuera del programa si son simpáticos e inteligentes en su mayoría. Y los que comparten el podcast semanalmente son entretenidos y están bien informados de lo que hablan.

Me gusta mucho el programa lo único malo es cuando comienzan a hablar de la cristiandad porque se burlan yo creo que cada quien puede creer o no pero espero que haya respeto y ustedes no lo tienen. Me gustaría que como se burlan del cristianismo se burlaran del islam ahí no creo que se reirían mucho.

Los contertulios e invitados salvan el programa. Los presentadores dejan mucho que desear. Silvia me produce ternura, es como una niña de 9 años cantando una lección que se sabe a medias. Por otro lado, la vehemencia de Bruno tiende al infinito. Es el perfecto cuñado.

Me encantan en general los tema y episodios pero no me parece bien la falta de respectó hacia la Iglesia. Debéis respectar todas las creencias y no reiros de ellas. Solo lo hacéis con la iglesia católica. No tiene ninguna gracia.